viernes, 15 de febrero de 2013

Costo - beneficio.

Hoy una niña se sentó a mi lado en el camión. Traía dos globos, un ramo de flores, una bolsa con gomitas en forma de corazón y chocolates. Sin embargo su cara expresaba una profunda tristeza y cierto enojo.

Más tarde en el andén una pareja bailaba en silencio mientras esperaban la llegada del metro, se miraban fijamente el uno al otro y reían, sin importarles los que veíamos celosos su pequeño baile.

Al salir del metro un niño pequeño corría con una pequeña paleta de caramelo en la mano, mientras una niña un poco más grande que él, supuse que era su hermana por el parecido entre ellos, abría sus brazos con los ojos resplandecientes y una enorme sonrisa iluminando su rostro.

No puede evitar pensar en la niña del camión, y en la pareja del andén.

Hay personas que no necesitan más que un tímido baile para demostrar que son felices, hay algunos que a través de pequeños detalles, inconscientemente, hacen de la vida algo placentero. Sin embargo hay otros, que a pesar de que se esmeran en mostrar el regalo más caro o vistoso, y reciben regalos del mismo tipo a cambio, al final del día vuelven a casa solos. 



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