Cuéntale a tu ausencia cómo sobreviví al temblor,
dile que entre tanto escombro
no pude mantenerme ilesa,
pero sigo viva.
Dile que el tiempo marcha,
lento,
pero marcha;
que ya no duele cada noche,
que ya hasta puedo reír,
aunque se sienta distinto.
Cuéntale que no fue su aliento
lo último que rozó mi labio inferior,
y que mi hombro izquierdo
ya olvidó el aroma a cigarrillo
que tiene su piel.
Dile a tu ausencia que le extraño,
Pero no lo suficiente,
Para gritarlo a cuatro vientos,
Que puedo escuchar sobre playas,
Sin que me falte la respiración.
Cuéntale que ya no hurgo en los recuerdos,
Buscando el momento
donde inició el vacío,
Que ya no me desvanezco
Después de decir:
"Fui yo."
Dile a tu ausencia
que le he echado limón a la herida
Hasta hacerla cicatriz.
Y que se me ve preciosa.
Cuéntale,
Que no me asomo por la ventana,
Ni recuerdo que todos los caminos,
Llevan a mi puerta,
Porque sé que no vendrá.
Ve y dile a tu ausencia
Que no duele,
Que ya no hay sitio donde le sueñe
O exista.
Aunque
todo esto,
No
Me lo crea
Ni
Yo.