domingo, 24 de febrero de 2013

Fragmento

Tenia mucho que las palabras no salían de forma desesperada a través de mis manos, parecía que estaban atoradas y finalmente encontraban libertad. Aquella noche escribí muchas cosas, y éste es un pequeño fragmento de lo que nació. 

Ana prendió un cigarro más y se sirvió el sexto tequila, Lucia estaba realmente sorprendida de que no hubiera perdido el conocimiento.

- Por qué el amor acaba se acaba, ¿sabes? Él y yo éramos la pareja perfecta, exactos al amar, afines intelectualmente, compartíamos los mismos ideales y nuestros sueños era los mismos. Estábamos hechos el uno para el otro, no entiendo en qué momento todo falló.
- El amor es así Ana, uno no puede decidir en qué momento se va a enamorar o a desenamorar, tampoco digo que uno simplemente despierta un día y ya no ama más a alguien, no es eso. El amor es complicado y es por eso que es tan maravilloso.
- Dices eso porque estás enamorada.
- Sí, y mucho. Pero uno nunca sabe en qué momento eso puede cambiar. Yo no sé si mañana Adrián despertará y al ir en el metro, o estar la oficina; o simplemente caminando por la calle, encontrará al amor de su vida. No estoy segura de serlo, pero tampoco puedo vivir con miedo a no serlo, o que algún día pueda perderlo. Sólo puedo agradecer cada día que vivo a su lado, y si en algún momento eso termina, al menos sabré que lo amé lo que debía amarlo. Ni más ni menos.

Quisiera creer que éste es el principio de algo grande.

viernes, 15 de febrero de 2013

Costo - beneficio.

Hoy una niña se sentó a mi lado en el camión. Traía dos globos, un ramo de flores, una bolsa con gomitas en forma de corazón y chocolates. Sin embargo su cara expresaba una profunda tristeza y cierto enojo.

Más tarde en el andén una pareja bailaba en silencio mientras esperaban la llegada del metro, se miraban fijamente el uno al otro y reían, sin importarles los que veíamos celosos su pequeño baile.

Al salir del metro un niño pequeño corría con una pequeña paleta de caramelo en la mano, mientras una niña un poco más grande que él, supuse que era su hermana por el parecido entre ellos, abría sus brazos con los ojos resplandecientes y una enorme sonrisa iluminando su rostro.

No puede evitar pensar en la niña del camión, y en la pareja del andén.

Hay personas que no necesitan más que un tímido baile para demostrar que son felices, hay algunos que a través de pequeños detalles, inconscientemente, hacen de la vida algo placentero. Sin embargo hay otros, que a pesar de que se esmeran en mostrar el regalo más caro o vistoso, y reciben regalos del mismo tipo a cambio, al final del día vuelven a casa solos. 



martes, 5 de febrero de 2013

A propósito del futuro.

La vida era más sencilla cuando eramos sólo un par de niños, cuando el futuro no era un problema cercano, cuando la vida real, "la de adultos", no estaba a la vuelta de la esquina. Y los problemas no iban más allá de un pantalón sucio por tanto jugar en la tierra.

Me hubiera gustado quedarnos así, en los tiempos en los que te contaba historias que parecían imposibles, cuando el patio era enorme y atravesar la calle para llegar a la tienda era toda una aventura. Cuando tu mayor miedo era que papá descubriera que utilizamos las hojas del trabajo para hacer barcos de papel. Cuando teníamos que esconder el gato en la azotea para que mamá no descubriera que teníamos una nueva mascota, o nos metíamos en el bote de ropa sucia y rodábamos por toda la casa.

Me hubiera gustado encontrar la forma de protegerte por siempre, de que los juegos que solíamos jugar fueran eternos, de que nunca dejaras de contarme tus sueños o tus secretos. Me hubiera gustado hallar la manera de no perderte nunca, luchar para que no te volvieras un extraño más en mi vida. Habría hecho, y aún haría, lo que fuera necesario por no dejar que la vida nos separara, que siguiéramos siendo igual que un par de niños. O al menos saber en qué momento era preciso decirte que cuentas conmigo, y que lo creyeras.

Pero dice que el hubiera no existe.