viernes, 20 de julio de 2012

Ir al cine. Sola.


La butaca a lado mío esta vacía, hace mucho que ha permanecido así. Creo que esa es la razón por la cuál no voy al cine, detesto ver ese vacío.

No hay nadie ahí, comentando las genialidades de Woody Allen o las excentricidades de Tim Burton, nadie para tomar mi mano cuando haya una cursi escena basada en alguna novela, alguien que ría conmigo en alguna tonta escena de alguna película de Adam Sandler, a quien mirar emocionada cuando hay una asombrosa escena de acción de algún superhéroe. Nadie con quién discutir por ser obligada a ver una nefasta película de terror que no disfrutaré en absoluto, o que soporte los llantos de los niños pequeños con algo nuevo de Disney o Dreamworks. La butaca esta vacía, no hay nadie.

Y no es que no tenga alguien con quien disfrutar una buena película, sólo que no tengo a nadie para disfrutarlo de esa manera.

No soy una experta en cine, no tengo una lista con los 5 mejores directores, ni sé que películas serán nominadas al Oscar ni mucho menos, sólo quisiera a veces no tener que ver llegar otro viernes con un montón de películas estrenándose y tener que preguntar entre mis amigos quien no ha visto qué para que pueda acompañarme.

No quiero seguir comiendo palomitas y gomitas sola, es absurdo lo sé, pero ya no quiero una butaca vacía.

lunes, 2 de julio de 2012

Un poco de política.

Hoy no vine a hablarles de cosas cursis, no vine hablarles de un amor perdido, no nada de eso, vine a hablarles de política. No me pregunten el por qué, ya sé que es el tema de moda entre la gente hoy en día. Es la primera vez que tengo la oportunidad de seguir un procedimiento electoral tan de cerca. Era necesario contarles mi experiencia.
Tengo el honor de estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad más importante del país, a lo largo de estos meses he escuchado, y en realidad desde mi entrada a la facultad, diferentes opiniones acerca de los diferentes partidos políticos.
Nunca me he sentido identificada con ninguno de ellos, me parecen poco honestos y todos buscan poder, si bien es cierto que no todos están cortados por la misma tijera, tampoco son santos, todos tienen cola que les pisen. Al principio de la elección no sabía por quien votar, hasta hace unos días no estaba segura de por quién hacerlo, pero no me quede sentada esperando a que la divina aurora me iluminará, me informé lo más que pude; no sólo en los candidatos, sino también en la historia de cada partido y las propuestas de cada uno de ellos.
Además tuve la oportunidad de ser funcionaria de casilla, lo que me permitió conocer de manera más cercana en que consistía el procedimiento, saber más allá de mi voto en la boleta.
Y ahí estaba yo, primero de julio 6:30 de la mañana, despierta y preparándome para llegar puntual a mi casilla en la hora citada. Al principio empezamos con problemas, el escrutador de mi casilla jamás llegó y la presidenta, debo decirlo, era bastante lenta. Así que me vi en la fastidiosa necesidad de hacer parte de las funciones de mi presidente, quién evidentemente nunca asistió a una capacitación previa, y lidiar con los fastidiosos representantes de partido, que poco ayudan y mucho estorban, y conseguir un escrutador entre los ciudadanos que ya presionaban pues la instalación se había retrasado.
Con la casilla ya lista y todo preparado inició la votación, 10 horas de "Buenas tardes, su IFE por favor, de ese lado en la mampara, gracias.". Medio comer, lidiar con los representantes que veían cosas donde no las había, convencer a las personas que su IFE no era valida, o se quejaban de la fila, o de la lluvia, en fin. 10 horas después la votación, mis piernas pedían tregua, y aún faltaba el conteo de votos. Contar una, dos, tres veces, hasta que todo cuadre. Escuchar peleas de los representantes, observar votos que son anulados por que la gente no sabe como votar y lo hizo mal, volver a contar, buscar el acuerdo de todos y llenar las actas correspondientes.
11:30 de la noche y yo estaba en dirección a mi hogar, con las piernas cansadas, la cabeza a punto de estallar, pero feliz por tener la oportunidad de ayudar a que las elecciones fueran limpias, de asegurarme por mi propía mano que lo fueran, al menos en mi casilla.
Regresar a casa, y después de 15 horas saber que pasaba más allá de mi colonia, abrir twitter, facebook, prender la televisión, leer quejas, irregularidades, apoyo para un candidato, mentadas de madre para otro, Sí, todo es parte de la "democracia", entre comillas, no podemos esperar darle gusto a todos, no a todos nos gustará el resultado. En México, mi México, no existe igualdad, existen muchas personas inconformes, pero lo he dicho siempre, el cambio de nuestro país no esta en una sola persona, esta en todos. 
Me alegró por todas las personas que ejercieron su derecho al voto, que se informaron, que expresaron su opinión; no puedo pedir que se confié en las instituciones, por que siempre serán puestas en duda. Sobre todo por los que no se ven favorecidos por ellas. Pero si puedo confiar en mi país, en esas personas que a diario se levantan para llevar el pan a su casa, que son honestas y ayudan a los demás. Yo confió en el país, en sus ciudadanos, y estoy segura que este México, el de ahora, el mío. Sabrá exigir a quienes elije como sus representantes y sabrá esperar los resultados oficiales antes de actuar a favor o en contra, confió en ello, por que así lo haré yo.