martes, 5 de febrero de 2013

A propósito del futuro.

La vida era más sencilla cuando eramos sólo un par de niños, cuando el futuro no era un problema cercano, cuando la vida real, "la de adultos", no estaba a la vuelta de la esquina. Y los problemas no iban más allá de un pantalón sucio por tanto jugar en la tierra.

Me hubiera gustado quedarnos así, en los tiempos en los que te contaba historias que parecían imposibles, cuando el patio era enorme y atravesar la calle para llegar a la tienda era toda una aventura. Cuando tu mayor miedo era que papá descubriera que utilizamos las hojas del trabajo para hacer barcos de papel. Cuando teníamos que esconder el gato en la azotea para que mamá no descubriera que teníamos una nueva mascota, o nos metíamos en el bote de ropa sucia y rodábamos por toda la casa.

Me hubiera gustado encontrar la forma de protegerte por siempre, de que los juegos que solíamos jugar fueran eternos, de que nunca dejaras de contarme tus sueños o tus secretos. Me hubiera gustado hallar la manera de no perderte nunca, luchar para que no te volvieras un extraño más en mi vida. Habría hecho, y aún haría, lo que fuera necesario por no dejar que la vida nos separara, que siguiéramos siendo igual que un par de niños. O al menos saber en qué momento era preciso decirte que cuentas conmigo, y que lo creyeras.

Pero dice que el hubiera no existe.


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