miércoles, 17 de septiembre de 2014

Miradas.

Tú sonríes con la mirada, y con ella vas descifrando el infinito. 

Tienes esa forma peculiar de sonreír sin siquiera abrir la boca, a lo lejos me das la bienvenida y yo me voy instalando en el hogar que tus pupilas van construyendo para mí. Tú me miras y todo se vuelve más liviano, vas construyendo en mí mundos sin conquistar, con la promesa de descubrirlos poco a poco; tu mirada sabe entrar en la mía, sabe cuestionarla, sabe dejarme sin salida para que nada te oculte.

Tienes esa mirada que va encendiendo las luces apagadas en mi alma, la que barre el polvo acumulado, es la fórmula secreta para hacerme regresar; tu mirada es de aquellas que dicen todo, que son valientes, que tienen heridas, que quieren amar, que me enseñan, que te dejan helada, que te hacen sentir. Y caigo, me dejo llevar por ella sin siquiera protestar, ¿Por qué habría de hacerlo? Si tienes la mirada que sabe hacer sentir seguridad, que hace sentir paz. 

Tú me sonríes, sonríes con la mirada. Y con ella vas descifrando mi infinito. 

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