lunes, 7 de enero de 2013

Despedida



Recorrí la playa durante una hora, sólo veía las olas ir y venir, es extraño como algo tan simple como las olas del mar puede enseñarte tanto sobre la vida misma, para el mar no hay ataduras sólo se entrega y después se va. Estuve sentada en la arena durante no sé cuánto tiempo con sólo una pregunta en la cabeza: ¿Y ahora qué?.

Después de tantas lágrimas e ideas absurdas sobre un tal vez, después de todas las conversaciones inventadas en mi cabeza, después de los discursos preparados fallidos, después de tantas noches sin dormir ¿Qué sigue?

Por mi parte no queda más por dar, no queda más por decir, no me queda nada. Nunca supe con exactitud que  haría cuando este día llegara, sólo sabía que iba a llegar. De pronto me encontré en medio de un montón de sentimientos que ya no significaban nada, y no es que alguna vez te hubieran importado, es que yo me hice a la absurda idea de que de alguna manera te importaban.

Y no es que haya dejado de la nada de quererte, porque te quiero. Tampoco es que después de tanto haya decidido rendirme, porque nunca sentí que estuviera realmente luchando, no había nada por qué luchar, nunca lo hubo.

No está en mi decir que todo ha sido malo, porque hubo cosas buenas, muy buenas. Pero es momento de darse cuenta de que ya no es lo que necesitamos, ya no somos lo que necesitamos, no digo que merezca algo mejor o algo peor, no es eso. Pero todo lo que inicia, tarde o temprano, acaba. 

Y seguro habrá canciones dolidas, tal vez unas cuantas lágrimas más, pero al final estaremos bien y podremos seguir con los nuevos comienzos, tendremos nuevas historias y no habrá rencores ni reclamos. Porque después de tanto, aprendimos a ser como el mar. Aprendimos a entregar todo con el alma y después, sin necesidad de grandes despedidas, retirarnos en silencio.

"Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo,
Porque en el fondo es todo".
Cortazar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario